miércoles, 6 de agosto de 2014

QUIERO TRABAJAR POCO

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Por Lore de La Betty Rizzo


He contado varias veces acá que soy independiente. Suena canchero y taquilla pero no es tan así. Es súper difícil, aunque hoy no me dedicaré a llorar por eso sino que contaré por qué renuncié a una pega estable y con buenas lucas.

Hay varios motivos por los cuales la gente decide abandonar el camino “estándar” de la pega con contrato y lanzarse a la vida. Muchos tienen ese “bichito” de hacer algo propio, otros no quieren jefe, otros no quieren que su esfuerzo le llene los bolsillos al patrón, otros para dedicarse a lo que realmente les gusta. Para mí no es nada de eso. Para mí la independencia viene de la necesidad personal de trabajar poco.



Decir que uno quiere trabajar poco en esta sociedad es como un suicidio laboral. En un entorno trabajólico donde alguien “muy profesional” es el que se desloma hasta las 8pm en la oficina y de ahí se lleva pega pa’ la casa y no duerme pensando en lo que tiene que hacer, que aparezca alguien y diga abiertamente que no quiere estar de 9 a 6 en una oficina es para que jefes, sicólogos de RRHH y hasta los mismos compañeros salgan corriendo en círculos.

Hace año y medio, cuando renuncié a una pega de oficina estable, todos me decían “¡qué valiente! ¿Y qué vas a hacer?”. En ese momento mi motivación principal eran mis hijos. Querer estar con ellos en una etapa en la que me necesitaban a su lado, pero con el tiempo me he dado cuenta de que no es solo eso. Es que de veras la vida me parece muy corta como para pasar 1/3 de ella trabajando. En mi caso, no tiene que ver con que me guste o no lo que hago, porque me gusta mucho, sino con que no es lo único en la vida que me gusta hacer, y me resisto a relegar mis inquietudes al horario de 7pm en adelante o exclusivamente a fin de semana.

Y pucha, lo triste es que ante esta filosofía uno se encuentra con hartos prejuicios. Porque querer trabajar poco no significa que sea floja o poco profesional, pero es la idea generalizada. Hay una especie de discurso moral que dice que el trabajo arduo es bueno siempre y hace buenas personas. Lo he vivido en carne propia, desde conocidos y familia hasta entrevistas laborales. Desde que soy independiente me han llamado para varias pegas. Vieran la cara que ponen todos cuando pregunto qué posibilidad hay de trabajar en una jornada reducida. Ni alcanzo a decir que obviamente estoy dispuesta a ganar menos lucas, porque automáticamente me tiran la artillería “eso no existe en esta empresa”. O sea, las 45 HH a la semana o nada. Y como soy porfiada, sigo pelando el ajo por las mías y luchando día a día por mantener mi estilo actual, que me permite llevar a mis hijos al parque un martes en la tarde y moverme en mi bici en horas-no-punta.

Mi idea con este post no es evangelizar y que todos trabajen menos. Yo sé que hay gente que le gusta mucho, se apasiona trabajando y que llena su vida con su pega. Bien por ellos. Aplausos. Lo único que pido es un poco más de respeto por las opciones de los demás, no clasifiquemos a priori, a veces un free lance que trabaja cinco horas produce más que un empleado que trabaja ocho. Desde mi perspectiva, el profesionalismo y el compromiso se ve en los resultados de tu pega, no en cuántas horas estás sentado en un escritorio, porque no todo en la vida son resultados, un país crece no solo cuando el PIB aumenta.



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1 comentario:

  1. Pucha yo sería tan feliz trabajando free lance, por lo que dices tú, es poco tiempo desde las 7 pm o los fines de semana para hacer las cosas q a uno le gustan y q no tienen q ver con trabajar, pero reconozco que el miedo es un factor importante q me hace mantenerme en un trabajo estable. Super buen post! Que lata que algunas personas no entiendan q no todo es trabajo

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